Mi historia de cómo empecé en Estados Unidos.

Mi historia de cómo empecé en Estados Unidos

por Luisana Paiva-Briceño






Hola, bienvenidos a mi blog, gracias por estar aqui.

Hoy les quiero compartir un poquito de mi historia de cómo llegue a los Estados Unidos, y cómo me convertí en lo que hoy en dia soy, Laprofedespanol.

Al terminar mis estudios en Educación, Mención Idiomas Modernos, me casé y me mudé a Caracas, con la ilusión de hacer vida en esa ciudad que tanto nos gustaba a mi esposo y a mi. Pero Dios tenía otros planes para nosotros, y por circunstancias que en otro momento les contaré,  terminamos vendiendo unas cuantas cosas y nos vinimos a Miami con dos maletas, unos ahorros que nos duraron solo un par de meses y 7 meses de embarazo de mi primer bebé! Si, como lo oyen, tenía 7 meses de embarazo, primeriza y sin la menor idea de lo que iba a pasar, solo que en Caracas ya no podíamos estar más. 




Llegamos a casa de unos familiares de mi esposo y ahí estuvimos unos meses, nació mi bebe (por cierto que el parto se me adelantó), y bueno, al cabo del cuarto mes, recuerdo perfecto que era el 11 de julio, comencé a trabajar en una guardería (daycare como le llaman aquí). Pero las cosas no fueron así tan fáciles como las cuento aquí, fueron más o menos así:


Nosotros habíamos venido con la idea (ilusión) de conseguir un patrocinador (sponsor) que nos ayudara con nuestra visa de trabajo, la poca información que traíamos de Venezuela nos decía que era más o menos fácil, !wow que ilusos!


Al llegar aquí, nos dimos cuenta que no era tan sencillo como creíamos, y los ahorros estaban rápidamente agotándose, sobre todo porque acabábamos de tener un bebé. Así que bueno, ya con el desespero de no tener trabajo, no tener dinero y con la posibilidad prácticamente inexistente de regresarnos a Venezuela, preparé mi curriculum lo mejor que pude, nos montamos en el carro mi esposo, mi bebé que tenia 7 semanas y yo, y nos fuimos a recorrer, literalmente, todas las guarderías veíamos en el camino.


En todas donde llegaba repetía lo mismo, les entregaba el curriculum, lo veían, les gustaba, pero cuando decía que no tenía papeles y necesitaba un sponsor, todos decían que no. Unos más amables respondían, bueno lo vamos a pensar y te llamaremos en los próximos días (todavía estoy esperando esa llamada).


Sin embargo, había un lugar por el que siempre pasamos, pues estaba súper cerca de donde vivíamos, y en el cual nunca nos paramos a preguntar porque yo pensaba que no había nada para mi en ese sitio. Pero mi esposo, y ya lo he dicho en otras oportunidades, ha creído siempre más en mí que yo misma, me insistió para que entregaremos el ÚLTIMO currículum que teníamos esa tarde en ese prescolar. Como él iba manejando, se estacionó y me dijo: bájate y lo entregas, no pierdes nada. Yo lo hice a regañadientes y más para evitar una discusión con él, pues yo estaba frustrada, cansada y muy triste porque no habíamos logrado nada en todo el día (eso creía yo).


Entré al preescolar, y le dije a la señora de la recepción exactamente lo mismo que había dicho todo el día, y me respondió que ellos estaban buscando una persona con mi perfil, pero que la dueña del lugar iría en una semana, que volviera ese día. Así lo hice y oh sorpresa! La persona de la recepción le había dado mis datos, y ella estaba interesada en que mi, cuando le hablé del tema de mis papeles, me respondió eso no era problema, que ellos me ayudarían a sacarlos. 

Aquí quiero hacer una pausa, porque quizás tú que me estás leyendo te puedes sentir identificado con lo que te estoy contando, y si has pasado por algo similar sabrás que esto es casi IMPOSIBLE que pase, pero a mi me pasó. Por eso cada vez que las cosas se han puesto difíciles, y sobre todo en los comienzos cuando los papeles de inmigración parecían no salir nunca, y en una oportunidad casi, casi quedamos fuera de estatus, siempre me he recordado, porque yo soy una persona creyente, Dios nos trajo aquí por algo, Él me envió ese trabajo y fue Él, el que me ayudó a quedarnos aquí.


Empecé a trabajar en ese preescolar un 11 de julio de 2004, nunca lo olvidaré, mi primer trabajo en los Estados Unidos, cuidando niños, cambiando pañales y dándoles la comida a otros bebés que no eran el mío, pues el mío estaba en casa con mi esposo. Primero comencé trabajando en el afterschool, luego de ahí, me cambiaron para hacer suplencias a las maestras o como ayudante en donde hiciera falta, y al cabo de un año, se abrió un puesto de ayudante de la maestra de los niños de año y medio, y allí estaba yo, lista para trabajar en lo que saliera. Siempre con mi idea puesta en lo que yo quería, volver a dar mis clases de español a niños grandes, porque eso era lo que yo sabía hacer. Pero esto era lo que había en el momento, así que adelante. 





Fueron momentos muy retadores, porque como dije, tuve que dejar a mi bebe solo para ir a cuidar otros niños de la misma edad, y el trabajo era duro, durísimo. Entraba a las 7:30 y salía a las 6 de la tarde, casi 12 horas de trabajo corrido. Obviamente, tenía la opción de irme a mi casa a las 4, pero no teníamos dinero, así que el afterschool era la manera de ayudar a completar para el mes. Durante 4 años, hasta que salió la residencia, fueron años de sacrificios, lágrimas y muchos retos, sin embargo no dejamos nunca de recordar por qué estábamos ahí, por qué hacíamos esos sacrificios, y cuál era nuestra meta. 


Pasaron dos años más hasta que pude buscar otro trabajo, y no que yo era malagradecida por irme del trabajo que me ayudó a quedarme en Estados Unidos, era simplemente que yo necesitaba primero, más dinero del que ganaba en ese momento, y segundo, ese trabajo no me hacía feliz! Si, estaba y estoy muy agradecida por esa oportunidad y todas las puertas que me abrió, pero uno sabe el potencial que tiene, y los objetivos que quiere lograr, y uno siente también, cuando ya cumplió su tiempo en un determinado lugar. Eso fue exactamente lo que me pasó. 


En Venezuela trabajé en high school, enseñando inglés y francés,  y eso quería hacer aquí también. Así que me fijé la meta de lograr enseñar en un colegio, no importaba si era público o privado, siendo este último un poco más fácil para comenzar y entrar en el sistema. Para ese entonces ya habían pasado 7 años de nuestro arribo a los Estados Unidos, y nos habíamos ido de Miami a Carolina del Norte.


Siempre digo que yo emigré dos veces, cuando me vine de Venezuela, pues dejé mi todo allá, y luego cuando me vine de Miami, porque !oh Dios! la vida en Miami no es ni remotamente similar a la vida en otras partes de Estados Unidos, y definitivamente no como en Carolina del Norte. 


Antes de venirme a Carolina del Norte, estuve trabajando para un proyecto de investigación en la Universidad Internacional de Florida (FIU) y al llegar aquí tuve la buena fortuna de entrar en otro proyecto para la prestigiosa Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill. Como inmigrantes a veces no nos damos cuenta de la gran preparación que traemos de nuestros países, y es solo cuando encontramos buenos trabajos que nos damos cuenta de la valía que aportamos. En muchos casos, la barrera del idioma nos puede hacer dudar de nuestros conocimientos, que esto no sea tu caso, hay muchas personas con mucho menos dominio del idioma que tú, haciendo eso exactamente que tu quieres lograr, que el lenguaje no te paralice. 


Espero que el tema de hoy nos sirva a todos para mejorar cada día y que nos motive a dejar huella dentro y fuera del salón de clase. No olviden seguirme por instagram, me encuentran como @laprofedespanol, déjenme sus comentarios y compartan este blog para que crezcamos mucho y nos ayudemos unos a otros.

Soy laprofedespanol.




©laprofedespanol.2022



Comentarios

  1. Wao! Conmovedora historia, también muy enriquecedora.. dignos de admirar, las ganas de salir adelante por un futuro mejor para nuestros hijos, nos hacen hacer sacrificios que en corto, mediano o largo plazo veremos los resultados 🙏❤️ gracias por compartir tu experiencia! Nos ayuda mucho y fortalece a nosotros los inmigrantes..

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    1. Muchas gracias :) yo creo que a veces también, cuando no tienes otra opción, sacas fuerzas de donde no tienes para seguir luchando. Después que todo pasa, miras atrás y dice, wow cómo pude?!!! :)

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